Control sexual, un relato erótico
Control sexual. Me besa. Le beso. Siento mi sangre hervir y cómo me sobra la ropa. Sus húmedos besos me saben a poco. La urgencia me domina. Mis torpes dedos le desnudan y mi boca le muerde rabiosa por no conseguir aplacar la sed.
Su mano me agarra el pelo y me echa la cabeza hacia atrás. Desliza su lengua por mis pechos. Un gemido de placer y desesperación se escapa de mi garganta. Quiero más, lo quiero todo pero sé que no lo tendré.
Es un placer prohibido para mí. Forma parte de ese control sexual que ejerce sobre mí. Un control sexual al que yo accedí libremente. Le entregué la llave de mi placer a cambio de vivir la más intensa de las experiencias.
Sólo besos, caricias y lametones esas son las reglas. Autocontrol. Excitación sin consumación. Así es esta tortura. Mordiscos dulces y furtivos por mi cuerpo. Sobre todo me enloquece cuando está en mi cuello y sigue por mis pezones. Los muerde sin remordimientos. Cruzo las piernas intentando aliviar la presión que tengo. No funciona porque en realidad le quiero dentro, le necesito dentro.
Un grito de impotencia me rasga la garganta. Me tiemblan las piernas. Clavo mis uñas en su espalda, me muerde en el cuello y con el deseo atrapado en mi garganta mi respiración se corta. Por unos segundos no respiro solo siento un ardor que me recorre y que me devora. Y de pronto nada, no me toca, no me muerde, no me lame,… Le miro y le veo sonreír.
Disfruta como el que más con esta tortura. Me retuerzo buscando sus manos y suplico con la mirada. Las reglas son las reglas y no se hicieron para romperlas.
Me produce un extraño placer saber que mi placer depende de su control. Él decide cuánto, cuándo y dónde y a mí solo me queda esperar a que llegue ese momento en el que él desate el placer en mí.
Ese momento en el que yo sufriré el mayor de los orgasmos fruto de su control sexual.
Me siento más sexual que nunca como si una energía pre orgásmica me hubiera invadido. La saboreo y dejo que impregne cada poro de mi ser.
Los colores son más intensos que nunca al igual que los sabores y olores. Todo es más. Más dulce, más rojo, más caliente,…
Por eso le dejo jugar conmigo, le doy el control. Sé que cuando toda esta energía explote seré como un volcán en erupción. Me retorceré y gritaré. Cada célula de mi cuerpo, cada átomo de mi ser participará de ese orgasmo.
No importa si para, no importa si sigue porque cada vez estaré más cerca de ese momento y saberlo hace que lo disfrute un poco más.
Valdrá la pena, de eso no me cabe duda alguna. Viviré el placer como nunca antes lo viví. Y hacerlo me liberará.
El orgasmo me hará libre.
Espero que te guste
Un beso
Christine Erotic
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